Creada en Estados Unidos en 2008, I Naturalist es una plataforma web, que funciona también como red social, cuyo objetivo es identificar en toda su amplitud a las especies que existen en el planeta: plantas, hongos, animales y algas, entre otras. Nace de la inquietud de contar con información que no quede en solamente en paper, y que pueda obtenerse o liberarse, con el fin de que especialistas y hacedores de políticas públicas puedan tomar decisiones.
En este contexto, Aforest está desarrollando un proyecto que, a través de I Naturalist, recogerá información acerca de los árboles que existen en el desierto de Atacama y las especies que interactúan con estos. “Es información abierta hasta cierto punto, existen filtros desde luego, pero en simple se planea monitorear las especies arbóreas que hay en el desierto, con lo cual no será necesario estar presente en el lugar para que exista el registro sobre qué especies hay, cuáles son las condiciones de su desarrollo, cuándo crece tal o cual la planta, qué tipos de pestes puede amenazarlas, etc.”, comenta Thomas Koplow, biólogo encargado de administrar el proyecto.
En un terreno desarrollado durante agosto en un colegio de la Huayca, se invitó a que personas de la localidad para mostrarles la aplicación, su funcionamiento, con el fin de que comenzaran a reconocer allí las especies que han visto en su vida cotidiana. “Les mostramos cómo incorporar observaciones sobre tal o cual especie. Por ejemplo, la plataforma cuenta con un módulo de IA que sugieren la identificación de géneros; así, ya no es necesario que un científico venga a entregarte cierta información: podrás ver fotos y comparar”, comenta Thomas Koplow. En el caso de la llamada lagartija de Atacama, los participantes de la demostración no la conocían por el nombre, pero sí la reconocían al ver sus imágenes alojadas en la plataforma.
El proyecto se propone reunir las observaciones por cada especie. Por ejemplo, es muy importante contar con información sobre la llamada abeja del Tamarugal, si está polinizado la flor del tamarugo o si, en cambio, es la mariposa, una plaga, la que invade los frutos con la larva completando su ciclo de crecimiento en la flor impidiendo que las semillas sean viables.
Desde luego, las observaciones poseen grados de investigación. Además de cumplir con el suministro de una serie de datos, más de dos personas deben coincidir con la observación para que esta se incluya en la plataforma. Esta selección es realizada por curadores. “Una planta que crece en un jardín, donde fue cultivada o regada, no califica como observación ya que no es silvestre”, explica Koplow.
I Naturalist funciona, por una parte, como una ingente base de datos que en Chile ya es consultada por organismos como Conaf Además, funciona como red social. “Busco, por ejemplo, una planta, y contacto a dos o tres personas que hayan ingresado observaciones y que estén próximas. Les hago ciertas preguntas y, a partir de esto, decido si ir o no a terreno a estudiarla”, señala Thomas Koplow. Esta funcionalidad fue muy útil para invitar a cincuenta personas que realizaban registros entre Iquique y la Huayca para apoyaran este proyecto. “Esto nos permitió contar con una nueva entrada sobre la abeja del Tamarugal, el séptimo en toda la plataforma”, indica Koplow.
I Naturalist entrega la información suficiente para saber si una planta está en flor o en fruto, insumo indispensable para quienes, por ejemplo, se dedican a la conservación se semillas y deben saber con claridad cuándo se puede visitar a esa especie en específico.